Compartir los archivos es una de las funciones más
prácticas de tener montada una red local en casa. Sin embargo, algunas
personas siguen recurriendo a métodos estrafalarios (enviar por
Messenger, montar un servidor de FTP, utilizar una llave USB, etc.) para
lograrlo.
A continuación vamos a explicar cómo hacerlo correctamente con las herramientas que Windows pone a nuestra disposición.
Paso 1. Verificaciones rutinarias
Por supuesto lo primero es tener una red. La mayoría de las veces esto
es tan simple como enchufar ambos ordenadores al router / switch por el
medio que sea (cable, WIFI). No vamos a entrar en detalles ya que no es
nuestro objetivo para este texto.
Una cosa bastante recomendable es que los ordenadores entre los que
vamos a compartir los archivos se vean. Claro está, es una forma de
hablar: no hace falta que pongas un PC delante del otro ;) Se suele
decir que un ordenador ve a otro cuando éste aparece en los sitios de
red del primero.
Para ello ambos equipos deben estar conectados, tener la misma
máscara de red y a ser posible estar en el mismo grupo de trabajo.
Puedes verificar en qué grupo de trabajo estás desde el Panel de Control
> Sistema > Nombre del equipo > Cambiar.
¿Todo en orden? Bueno, si no aparecen no te preocupes. También puedes
acceder a otro equipo si conoces su nombre o su ip local, escribiendo
lo siguiente en el explorador de archivos:
\\nombre_del_equipo\\ip.del.equipo
Paso 2. Simple, gracias
Windows puede hacertelo fácil o difícil. Tú eliges. Salvo que seas un
gurú de la seguridad o estés configurando una red corporativa compleja,
lo más seguro es que con el modo simple te sirva. Para verificar que lo
tienes activado -y por defecto es así- debes abrir un explorador de
archivos, menú Herramientas > Opciones de carpeta > Ver y marcar,
si no lo está ya, la última opción: "utilizar uso compartido simple de
archivos (recomendado)".
De no
estar marcada esta opción la cosa se complicaría con permisos, cuentas de
usuario, dominios y demás. Nada recomendable.
Paso 3. Compartir las carpetas
Llegado a este paso ya está casi todo hecho. Ahora falta lo más fácil,
ir a la carpeta en cuestión que queremos compartir, hacer clic derecho y
pulsar
Esto abrirá las propiedades de la carpeta en la pestaña adecuada.
Aquí sólo tienes que decirle a Windows que "sabes lo que significa
compartir una carpeta" y después ponerle un nombre al recurso
compartido, si no te sirve el que ya trae. Además, puedes elegir si se
podrán modificar o sólo leer los archivos compartidos.
Al pulsar en Aceptar, ya está hecho.
Paso 4. Conectar desde otro PC
Llegados a este paso, ya están los archivos compartidos. Como ya
hemos visto en el paso 1, existen varias formas de conectar a otro
equipo de la red. Ya sea desde los recursos de red o escribiendo la ruta
o la IP, el resultado es el mismo. Si además sabemos cómo se llama el
recurso compartido, ahora podemos conectar directamente a él:\\nombre del equipo\nombre del recurso \\ip.del.equipo\nombre del recurso
Si
utilizas unidades en red con mucha frecuencia, puedes evitarte este paso
conectando automáticamente a una carpeta de otro ordenador asignándole una
unidad como si fuera un disco más.
Hacerlo es tan fácil como ir al explorador de
archivos, menú Herramientas > Conectar a una unidad de red. En la ventana
escoges el nombre de la unidad que quieres que sea y especificas la dirección
del recurso compartido en el otro recuadro (también se puede navegar por los
sitios de red con el botón).
No ha sido tan difícil, ¿verdad?
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